La mayoría de los casos de la covid-19 identificados hasta el momento en los pueblos amerindios se encuentran en la región de la Amazonía, tres en Perú y 34 en Brasil donde, además, ya han fallecido cinco indígenas por esta causa.
“Exigimos que los Gobiernos de cada uno de nuestros países reconozcan de manera pública su responsabilidad para con los pueblos y nacionalidades indígenas como poblaciones especialmente vulnerables a la pandemia y se tomen todas las medidas necesarias, culturalmente apropiadas y efectivas para proteger a nuestras comunidades y territorios. En caso de acción contraria u omisión pedimos a la comunidad internacional mantenerse en alerta máxima ante la posible comisión de un acto genocida”, defiende la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) en un comunicado publicado el 31 de marzo.
Todos los países panamazónicos están en estado de emergencia: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa. Los pueblos originarios de estos países se enfrentan ahora a un doble problema: el primero, su falta de inmunidad ante el COVID-19; el segundo, la intensificación de la actividad ilegal de mineros y extractivistas aprovechando que la atención está completamente centrada en el seguimiento de la pandemia.
“Las poblaciones en aislamiento voluntario son extremamente susceptibles a este tipo de enfermedades virales porque no tienen inmunidad ni para esta ni para ninguna de las respiratorias que circulan en el resto del mundo”, explica el médico Douglas Rodrigues, especializado en salud indígena. El mayor riesgo del coronavirus frente a otros virus que también son desconocidos para estos pueblos es el potencial de diseminación que presenta. “En el caso del coronavirus, nosotros estamos reaccionando como indígenas aislados, ya que no tenemos ninguna memoria inmunológica en la población y por eso se ha producido esta pandemia”, resalta este profesional de la salud que trabaja con comunidades amazónicas.
La Amazonia, como un todo, se está convirtiendo en un posible foco de contagios. La situación en el departamento peruano de Loreto es muy preocupante porque la mayor parte de los habitantes son pueblos originarios y los servicios de salud son escasos.
Aunque la Amazonia es una región de accesos complicados, también es un banquete para extractores de madera, buscadores de oro y otros mineros que ven en la cuarentena un momento idóneo para explotar clandestinamente las áreas protegidas. La única medida para proteger a los indígenas en aislamiento voluntario es mantenerse lejos y permitir que sigan aislados
Muchos de estos pueblos indígenas viven en estructuras comunitarias, con varias familias en una misma cabaña y con la necesidad vital de salir a pescar para poder alimentarse.
También en Ecuador los mineros se aprovechan de la atención que genera la pandemia y del confinamiento decretado en muchas regiones del país para intensificar sus actividades. El coordinador general de la COICA y portavoz de los pueblos de la Amazonia, subraya que en este momento “el oro vale más que el petróleo” y alerta de que la mayoría de los pueblos amerindios que habitan la selva amazónica están preocupados por su supervivencia. “Tememos que la enfermedad se propague y que, junto con la invasión de nuestras tierras y la presión minería ilegal, se produzca otro exterminio de los pueblos indígenas”.
Fuente: El País (www.elpais.com)